viernes, 23 de marzo de 2012

Mujer, prostituta, amiga, nos vale cualquiera

Si, como lo lees en el título, cualquiera nos vale.

Primero es nuestra salud, hay un momento que tenemos que decidir entre nuestra moral y nuestra salud. Y sin salud, todo va a peor, porque no se rinde igual en nada.

La chica que te gusta en el trabajo, salir a ligar el fin de semana, intentar algo con la monitora del gimnasio, no se puede porque nuestra salud sexual está resentida  gracias a la famosa disfunción erectil.

Si hay que contratar a una mujer de vida alegre, una prostituta, se contrata. Es solo una herramienta mas para conseguir nuestro objetivo, nuestro fin.





 A falta de una amiga, se admite cualquier otra solución.



Pero admite un consejo, no vayas a las chicas que están en la calle. Tienes que buscar un sitio tránquilo, una chica que le puedas explicar lo que tienes que hacer y que no solo te vea como un cliente mas. Sino que te transmita algo de confianza para que olvides la tensión del momento. Porque te tiene que ayudar, le tienes que contar tu problema (de gatillazos o como quieras llamarlo) y que ella durante el tiempo pactado te ayude.

Piensalo, y piensa que quieres, si seguir con el problema o dejar a un lado tu moral para conseguir un resultado mejor para superar tu disfunción erectil.

Y para quien no esté de acuerdo, no te ofendas por esta entrada, pero es el medio para conseguir un fin, tan valorable como cualquier otro.




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